El PSC asegura que «ni derechas, ni independentismo» pero han estado 8 años gobernando con independentistas y gracias a ellos el independentismo ha subido hasta cotas nunca imaginadas, preguntado Montilla por si pactará con la derecha (CiU) no lo niega, dice que hoy por hoy no parece probable, cosa que sí hace (asegurar que no pactarán) con el PP.
Y lo de traca es uno de sus lemas «Ser català es treballar dur».. Pero quién les hace las campañas… ¿la patronal?.
Montilla se ha definido a sí mismo como una persona «tolerante y liberal» y en ese contexto ha declarado ser contrario a la prohibición de las corridas de toros en Catalunya asegurando que es partidario de la «libertad de todas las actividades que se deriven de las corridas».
Recordando que no es el gobierno catalán ni su partido, el PSC, el que ha llevado el debate a la Cámara catalana asegura que la mayoría de diputados en su partido rechazan la prohibición de las corridas.
Ya se sabía, por José Zaragoza, que en este caso el PSC no dará libertad de voto sino que se impondrá la disciplina de voto a los diputados.
No hay que engañarse, la posición al respecto de Montilla y del PSC no se motiva en que a los dirigentes del PSC les gusten las corridas o porque quieran defender los «derechos» de los animales… es sencillamente porque conocen su base electoral mayoritaria y saben qué opción les va a costar más votos.
El PSC no quiere que su base de votantes piense que ellos han prohibido el toreo, así de sencillo.
http://www.racocatala.cat/noticia/22205/psc-votara-contra-ilp-antitaurina-imposara-disciplina-vot-als-seus-diputats
http://www.abc.es/20100318/nacional-catalunya/montilla-contra-prohibir-toros-201003181151.html
Así es, el PSC se oponía en 1998 a las cuotas de catalán en el cine. Pero ya no a una cuota del 50% como que están apunto de aprobar, sino a una que proponía CiU (en el gobierno entonces) de sólo el 25%. Lo que deja bien a las claras que el nacionalismo de hoy practicado por el PSC («Fets, no paraules») deja al nacionalismo de entonces de Jordi Pujol como mero aficionado.
Lo bueno es ver, además, qué tipo de argumentos se usaban entonces por parte del PSC, queacusaba a Pujol de «trabajar en contra de los intereses de Catalunya y de la convivencia, creando un conflicto entre las dos lenguas».
Hoy no dicen qué ha cambiado. Bueno, es que lo que ha cambiado es que ahora son ellos los que defienden las ideas de la oligarquía oculta.
Esta noticia no dejaría de ser otra habitual vuelta de tuerca más en la obsesiva imposición lingüística de Montilla, si no fuera porque es precisamente el partido que encabeza el cordobés el que paradójicamente lideró en 1998 la oposición a aquel intento fallido de Pujol de imponer cuotas del 25 % en los cines catalanes. Sólo hace falta ojear la hemeroteca, y leer las declaraciones de Narcís Serra, por aquel entonces, primer secretario del PSC, acusando a Pujol de «trabajar en contra de los intereses de Catalunya y de la convivencia, creando un conflicto entre las dos lenguas».La incoherencia del PSC es insostenible y este proyecto es la culminación del proceso de mutación que ha sufrido el PSC desde la llegada de Maragall a la Generalitat hasta el fin de la legislatura de gobierno Montilla, que ha asumido y ha superado el discurso del nacionalismo más rancio e intervencionista. Aunque ya no sorprende que Montilla encabece esta política de decir una cosa y la contraria, si tenemos en cuenta que es el Presidente que prohíbe el uso del castellano en las escuelas públicas y lleva a sus hijos a escuelas privadas donde se enseña en castellano, catalán, inglés y alemán.
Nos sale Pujol diciendo que Montilla es «un ejemplo de integración»
¿Qué quiere decir Pujol con eso de que Montilla es «un ejemplo de integración»?
¿que va al cine con sus amigos?¿compra el diario y echa la xerradeta con el quiosquero?¿que se lleva bien con los vecinos?¿va a comprar a la panadería cada día?¿lleva a sus hijas todos los días al cole del barrio?
A mi me parece que Montilla no es precisamente «un ejemplo de integración» que nos pueda servir a los ciudadanos de a pie.
Lo que pasa que todas esas cosas que digo, la integración efectiva en el país, en el barrio, en el lugar en que vives, no la entiende Pujol sino como «habla catalán» cuando en muchas zonas de Catalunya es más habitual el castellano que el catalán. Y para él, hablando catalán, ya es uno «un ejemplo de integración» cuando en realidad puede ser un desintegrado antisocial total.
Así. por ejemplo inmigrantes sudamericanos que están ya totalmente integrados en Catalunya, pasan a ser unos «desintegrados» para el nacionalista porque no lo ha hecho conforma a sus normas.
«Integració» se parece demasiado a «Integrismo»
El presidente de la Generalitat, José Montilla, retó al dirigente de Reagrupament, Joan Carretero, a presentarse en las próximas elecciones para presidir el FC Barcelona «si es coherente» con la afirmación que hizo, de que es más importante el presidente del club azulgrana que el de la Generalitat.
Pero Carretero es muy coherente; el mismo también ha dicho: «no queremos una patria empobrecida en la que 400 personas lo deciden todo y lo reparten todo»
Se supone que refiere a las mismas 400 personas famosas de las que hablaba Millet;
En el libro L’oasi català, se hablaba de las 100 familias que se reparten el poder en Catalunya. Una idea confirmada por Fèlix Millet Tusell, que les decía a los autores: «Somos unos cuatrocientos y siempre somos los mismos», citando como lugares de encuentro el Orfeó Català, el Círculo del Liceo, la tribuna del FC Barcelona y La Caixa.».
Pero no se ha de entender eso como que «el presidente del Barça es más poderoso que el de la Generalitat» Laporta (por decirlo así) manda muy poco en Catalunya.
Sino que es el lugar, es ese, uno de los sitios donde se relaciona la gente que sí que manda.
Por ello el mismo Josep lluís Nuñez (empresario de Nuñez y Navarro) tuvo que buscarse sus relaciones ahí, pero después de ser presidente:
«Fue Josep Lluís Núñez, necesitado de pedigrí, quien le pidió (a Fèlix Millet) que se incorporara a la junta para llevar adelante la Fundación del FC Barcelona y allí continuó Millet con Joan Gaspart a pesar de haberse presentado en la candidatura de Bassat. ¿Quién no iba a aprovechar el centro negocios y contactos que representa la entrada a tribuna?
¿Por qué acudió Núñez a Millet? Por su pata negra catalanista.»
La Costra 